El tiempo de cuaresma es un tiempo de gracia, y cuan fácilmente olvidamos esto.A veces queremos tener días de retiro para acercarnos a Dios o recomenzar, buscamos fechas que coincidan con nuestros horarios, y es difícil.
La Iglesia nos propone días de preparación cuarenta días, antes de Pascua y antes de Navidad, y parece que no nos hemos percatado, podemos hacer nuestro itinerario de retiro en estas fechas, alejados o en medio de nuestro diario vaivén.
Proponernos cada día vivir según el evangelio, continuado o el evangelio de la liturgia diaria, participar de la celebración eucarística y alimentar nuestra alma de Dios, Pan vivo. Propósitos pocos pero concretos.
Nuestro Padre San Francisco nos enseñó a vivir los cuarenta días, antes de cada celebración que marca la historia de la salvación, se preparaba con cuaresmas; él nos dio ejemplo, no espero hacer coincidir las cuaresmas con su horario, mas bien amoldó su horario a las cuaresmas, se preparaba conscientemente, amaba tanto a Dios, que no podía pasar sin El un solo instante, así su caminar fue prolongación viva del Evangelio.
